La Columna de Jaime Bayly
2005-08-30
Anoche comí con un amigo, guapo y encantador, que quiere ser presidente, como muchos otros caballeros, menos guapos por cierto, que también quieren ser presidentes del mismo vapuleado país en el que nos tocó nacer.
hace casi veinte años, cuando estaba en la universidad y no había hecho el amor ni aspirado cocaína yo también soñaba con ser presidente, pero, ahora me da una flojera infinita imaginarme siquiera en tan alta y espesa magistratura al servicio de mis compatriotas.
yo no quiero ser presidente, no quiero ser ministro, no quiero ser congresista, no quiero servir al pueblo, yo sólo deseo fervientemente servirme a mí mismo.
no quiero ser presidente, por un sinnúmero de razones, como por ejemplo, me gusta pecar en secreto, dormir hasta tarde, ir al cine solo, no hablar con nadie un día entero, viajar cada vez menos, no tomar decisiones graves, ni usar calzoncillos y supongo que un presidente democrático al menos debe usar siempre calzoncillos blancos e idealmente nacionales.
qué pereza ser presidente despertarse temprano, inaugurar carreteras, romper botellas de champagne, viajar aquí y allá, dar discursos memorables, amar a los pobres, recorrer la patria sin descanso, departir con los ministros, ser muy optimista, tener fe en el futuro, decir cosas sensatas, qué pereza dios mío, ser cinco años seguidos el ciudadano modelo, el hombre ejemplar, la luz al final del túnel cuando es tanto más rico quedarse un rato en el túnel oscurito.
si yo fuera presidente tomaría decisiones valientes, como por ejemplo, no ponerme calzoncillos, andar en jeans, dormir la siesta, viajar lo menos posible, ganar un millón al año, manejar mi propio carro (con un audi me conformo), dormir en mi casa, hacer fiestas en palacio, nombrar ministras guapísimas, embajadores todos gays (se lo merecen/lo harían regio), despedir a los militares (los detesto/sarta de pillarajos), jamás asistir a un te deum (e incluso hostigar al cardenal) y terminar mis discursos con dos frases en inglés i'm your man, and stay cool .
yo no quiero ser presidente, por todo eso y algo más: porque ser el preferido de la mayoría suele ser una vulgaridad.
posteado por Carlos Mauricio Burgos @ 1:49 p. m.,